Me ofrecí a ayudar en la organización de los Premios TWT (como se llamaban en ese entonces) porque siempre me gustó organizar eventos. Cuando estaba en la U trabajé en OLÉ, y de ahí salieron Stage y GSP (de paso saludos a Leo Zambrano). ¿Esos pelaos que andan al principio de la fila en los conciertos recibiendo y cortando las boletas? Gritando «¡Hombres a la derecha, mujeres a la izquierda, vayan abriendo el bolsooooo!»… De esos era yo.
En nuestro episodio anterior: En el 2009 éramos pocos los tuiteros en Colombia, por lo que era muy fácil hacer parche y reunirnos para cualquier cosa. Así decidimos darnos unos premios. Lo puedes leer haciendo clic acá.
Aún creo que para organizar eventos se necesita traer algo raro en la sangre. Es como un gusto por la adrenalina mezclado con masoquismo. Porque organizando eventos se goza pero se sufre como un demonio. Acá entre nos, en mi familia todos hicieron FacePalm cuando supieron que este año iba a volver a organizar los PremiosTW. Todavía están sufriendo.
De hecho, eventos como los PremiosTW son particularmente estresantes porque tienen mucha arandela: Que las votaciones, las categorías y los nominados, pasando por los presentadores, los videos para la campaña de expectativa y los videos durante la ceremonia. Que la campaña comercial, los tuiteros (que son el público más difícil del planeta), las estatuillas y la logística. La #AlfombraAzul, escoger el lugar, escoger las bandas que se van a presentar y (sobretodo esto) conseguir los patrocinadores. De algún lado tiene que salir la plata para organizar todo el evento. No crean que el bar lo prestan de buena gente que son.
A eso se le suma que uno se vuelve el mejor amigo de muchos que quieren ayudar (adorados ellos) o los que quieren ir al evento pero no sabías de ellos hace tres años. O te vuelves el peor enemigo de los que saben que no van a ir y su rol es despotricar de lo que puedan. Desde ya vaticino un montón de chismes y cosas alrededor mío y del evento. Cada año pasa (hasta las ofensas son igualitas).
Pero no me malinterpreten: Hacer los PremiosTW es algo que me gusta mucho, quiero mucho al evento. No en vano llevo tantos años haciéndolo, y ahora que me ha dado por buscar archivos viejos he recordado muchísimas experiencias, muy bonitas, que ya les iré contando.
Igual que con los premios ONE, los TWT los organizamos principalmente tres personas.
Me gusta organizar eventos desde que estaba en la U y era flaco. El primer evento grande que hice fue un rumbonón que armamos con mis amigos de la U. Fue en Salamandra, y lo hicimos para financiarnos un viaje al Congreso Nacional de Estudiantes de Ingeniería de Sistemas, en Medellín. Otra cosa que nos inventamos en la U fueron los premios ONE, porque los organizamos Omar, Nando y Eddie (muy creativos, ¿cierto? ¿CIERTOOOO? Mentira, sé que no).
¿Cómo empezó todo?
Igual que con los Premios ONE, los TWT los organizamos principalmente tres personas. Uno se encargaba del portal web donde se votaba por los nominados, otra era la líder de la vaina, la que inició todo y por eso centralizaba las comunicaciones. Y yo, que me encargué de la logística del evento: El bar, el streaming (no se imaginan lo complicado que fue hacer streaming en 2009, porque tocaba con un módem móvil, no había celulares que compartieran datos, aparte eran carísimos).
O el videobeam. Sí señores, videobeam, porque esa edición fue muy “jodiendo la vida”. Era un parche que lo hacía más por divertirse que otra cosa; se sentía más como la fiesta de fin de año de la empresa, que otra cosa. Los premios eran otra excusa para reunirnos en un bar, pero vestidos elegantes y desempolvar la corbata.
Si mal no estoy, la intención original era anunciar por Twitter quiénes ganaban en cada categoría, pero la vaina creció tanto que alguien dijo «deberíamos hacer un evento y reunirnos», y todos levantamos los brazos y gritamos ESOOOOO. Como con los Tweets & Beers que les conté en el episodio anterior.
En la edición 2009 nos reunimos como 40 personas en un bar en la 13 con 83, que creo que se llamaba Mondrian. Era chiquito y oscuro. Pusimos un par de pendones, hubo acto de magia y la presentación central a cargo de Gonzalo Valderrama (@monobio). Nos reímos como pendejos y conocí personas muy bacanas (ustedes saben quiénes son).
Los galardones eran unas ballenitas de peluche con base en palo balso, que cabían en una mano. Las donó @empiezacon_z, porque se llama Zantiago. 30 peluchitos en total nos regaló. Y así fue todo ese año: con la colaboración desinteresada de muchos tuiteros. Unos donaron tiempo, otros contactos, otros trabajo o ideas. Por ejemplo, el bar lo conseguimos gracias a Sergio Gaitán (Mr Xponk), que nos ayudó hasta con los micrófonos y el videobeam. Ese evento fue artesanal, muy bonito y significativo.
Y nos sentíamos felices por cada cosa. De hecho, estuvo CityTV haciéndonos una nota (gracias a Jose Carlos García) y también aparecimos en el diario ADN. Mejor dicho, la locura. Imagínense un poco de pelaos divirtiéndose, y gracias aparecimos en un noticiero. ¡Por ser tuiteros! Eso era tipo «madrina, míreme, ¡madrina! Estoy en televisión, ¡MADRINA!» Estuve buscando los enlaces pero no los encontré.
Lo que sí encontré desempolvando carpetas fue el listado de categorías, los ganadores y nominados, el libreto del 2010, el logo (que me parecía muy feo, jajaja) y fotos de la ceremonia 2009, que les voy a compartir en Facebook y en Instagram.
En ese entonces las categorías eran algo como “La vieja más buena”, “El tipo más papasito”, “la glotona” (porque solo habla de comida), “El tuitero revelación”, “El poeta” (el que se la pasa escribiendo vainas románticas), “la pareja del año”, “Twitter Water”, porque no se le niega a nadie, “la más viajera” y así. Mejor dicho, los hicimos para reírnos y divertirnos. Todo lo demás era ganancia.
Ese mismo día (miércoles 16 de diciembre de 2009), saliendo del evento nos fuimos a comer hamburguesa por ahí cerca y dijimos «deberíamos volverlos a hacer». Es que salimos muy emocionados y contentos. Quizás lo dijimos medio molestando en medio del jolgorio, pero en el fondo yo quería hacerlos otra vez, hacerlos más grandes y hacerlos mejor.
Y pues sí señores, que en junio o julio (no recuerdo bien) de 2010 vino Lorena desde Francia, nos reunimos a planear todo, y publicamos un tweet anunciando la nueva edición de los Premios. quizás el evento que más me ha costado hacer, el que más problemas, y quizás satisfacciones, me ha traído en la vida.
Los que tengan Redes Sociales allá podemos seguir hablando. Me encuentran en LinkedIn, Instagram, Twitter y Facebook.
Oiga, no les he contado en qué van los de este año. Resulta que, gracias a mi amigo Oscar Soto conocí a la gente de MRomero, que fueron quienes organizaron Campus Party este año. Nos reunimos y decidimos organizar el evento juntos este año. Es un buen equipo de trabajo, y Marlén es adorada.
Acá entre nos, ya tenemos decididos la fecha y el lugar. Pero eso se los anunciamos oficialmente el martes 10 de septiembre. También escogimos la propuesta visual con que vamos a trabajar este año. Se le ocurrió a Andreola, no sé en qué momento pero sé que me lo contó tomando capuchino en Metrópolis.
La otra semana ya debemos empezar a visitar las marcas que quieran patrocinar los Premios, y seguramente también empezaremos a hablar con algunos medios de comunicación. No les puedo adelantar mucho pero este año pintan muy muy bacanos. Se nota la diferencia de trabajar con un equipo con experiencia. Aún falta mucho por hacer y tenemos menos de 80 días, pero así es que nos gusta trabajar: Bajo presión, jajajaja. Acá entre nos, los del 2015 los hice en un mes y salieron divinamente, pa qué. Así que estos tienen que ser todo un espectáculo.
Hagamos apuestas: ¿Dónde creen que va a ser el evento de este año? Le invito un café al primero que adivine.