Como les decía en la entrada anterior, el 16 de diciembre de 2009 hicimos el primer evento. Las presentaciones artísticas fueron de Monobio, y creo que también hubo un mago, no me acuerdo bien. Intentamos hacer streaming, que en ese entonces era con modem inalámbrico (una agonía completa).
Fue tan divertido de hacer que para el 2010 dijimos que lo queríamos volver a hacer. Yo quería hacerlo más grande, más serio. Con presentaciones artísticas de bandas bien buenas, con categorías más serias. Lo que siempre he querido con los PremiosTW es hacerle un reconocimiento a la gente que hace buen contenido en redes sociales.
Fue así como en junio o julio del 2010 nos reunimos dos de los organizadores del 2009 y publicamos un tweet diciendo “Este año el reto es mayor”. Los tuiteros empezaron a reaccionar, nosotros felices. Pero la real sorpresa vino cuando nos escribieron desde Fundación Telefónica y desde Nokia, para decirnos que querían apoyar el evento. Imagínense la felicidad nuestra (o al menos la mía, porque solo puedo hablar por mí). Por supuesto les dijimos que de una y nos reunimos.
No saben el agradecimiento que siento hoy en día con Dianita Páez @libeluladigital (en ese entonces estaba en la Fundación Telefónica) y con Eduardo Gómez @edu_gomez (Nokia). Pensando en Diana, creo que la historia no le ha dado el reconocimiento tan visionario que demostró desde hace 10 años. Ella, además de representar a una de las primeras marcas en Twitter Colombia, creó, quizás sin saberlo, el primer programa de embajadores de marca, con una de las campañas más bonitas que conozco en lo que llevo en Twitter: #MaestrosPorUnDía. En ese entonces no existían los influenciadores, solo éramos “tuiteros”.
Los primeros patrocinadores
No recuerdo bien cómo se dio la negociación con la Fundación Telefónica (supongo que a punta de llamadas telefónicas, correos y mensajes directos), pero finalmente nos apoyó pagando el backing (el telón con los logos de las marcas que usamos en la #AlfombraAzul), las estatuillas y puso la conexión a internet en el bar. En ese entonces los establecimientos comerciales no solían tener conexión a internet, y menos de alta velocidad, que era lo que necesitábamos para el streaming. Fue algo muy importante para mí ese apoyo.
Aquí hay que aclarar algo: Los Premios no nacieron con un interés comercial; no me interesaba sacarle plata al evento. Yo trabajaba como desarrollador en una empresa alemana y ganaba muy bien. La plata no era algo que tenía en la cabeza y lo único que quería era hacer un evento bonito, hacer una fiesta grande para los tuiteros.
En el caso de Nokia, recuerdo mucho un almuerzo cerca de mi trabajo con dos personas de la marca: Lorena Vallejo y Eduardo Gómez –aprovecho para saludar a Edu, a quien hoy en día considero un gran amigo. Además de ser muy inteligente y pilo, es una persona intachable–. El almuerzo fue junto a mi oficina porque en la empresa teníamos un jefe impotable, y demorarse unos minutos más en el almuerzo era casi que motivo de despido. Para mí trabajar allí fue casi agónico.
Lo que siempre he querido con los PremiosTW es hacerle un reconocimiento a la gente que hace buen contenido en redes sociales.
Algo muy bacano fue que Eduardo, muy desinteresadamente, llamó a un amigo suyo que trabajaba en Copa Airlines y nos recomendó. Yo no sabía que eso se podía. Si mi vida fuera una película, ahí habría sonado “Good Times” de banda sonora. Recuerden, yo era desarrollador de software y mis habilidades sociales se reducían a compartir la coca del almuerzo en la cocina de la oficina. Este mundo del marketing y de los almuerzos de negocios eran como si me sacaran del pueblo y me ponen en New York.
Fue así como empezó la “carrera comercial”, empezando a buscar marcas que le creyeran al evento y quisieran aportar algo. En ese entonces muy pocas personas creían en el potencial comercial de unos tweets. El marketing digital se reducía al e-mail marketing (y el 90% era spam), a los banners con gif animados y a los pop-ups en los sitios web. Para la gente Twitter no pasaba de ser un chat (y de alguna manera lo era), y no se pensaba en el potencial de las audiencias que tenían ahí. Fue un reto muy grande lograr que las marcas nos creyeran.
Por eso mismo, y porque no había ningún interés de lucro con el evento, a los patrocinadores solo se les pedía un regalo para los ganadores de la categoría que escogieran. El único paquete comercial que vendía era ese: patrocinar una categoría.
Quizás por eso nunca volví a tener un evento con tantas marcas, pero también porque es muy complejo tener tantos compromisos detrás, darle gusto a todos, eso era un dolor de cabeza. Y a eso súmenle mi casi nula experiencia haciendo eventos y mi inexistente conocimiento del mundo del marketing.
Este año el reto es mayor. #PremiosTWT10
— Omar Gamboa (@OmarGamboa) August 5, 2010
El tweet con que se anunció el evento del 2010
Pero los PremiosTW (en ese momento TWT) eran un evento bonito, una buena idea que les gustaba a las marcas, y por eso recibimos mucho apoyo, no solo de las marcas, sino de tuiteros que nos querían ayudar desinteresadamente. Bueno, la mayoría quería ayudar, otros más que una ayuda se volvieron uno de los más grandes sufrimientos que he tenido en la vida. Los episodios más angustiantes de la vida los viví por ellos, como les contaré en la siguiente entrada.
Continuará…
Como en cada entrada, les cuento en qué va el evento de este año: Como siempre, ha sido muy dura la parte comercial. Por diferentes razones, conseguir patrocinio para el evento es un reto. Creo que la situación económica del país no es la mejor. También se debe a que estamos llegando muy encima (no llevamos dos meses trabajando en el evento, y eso es muy a final de año cuando las marcas ya no tienen presupuesto).
Pero aún no desisto. El último evento casi lo cancelo, el día anterior a tomar la decisión llegó el patrocinador de ese año. Así que todo lo armamos en un mes (con Vivi La Chicky), y salió un hit.
Pero no me desvío más. Queda un poquito más de un mes para el evento, y todavía estamos a tiempo. Lo peor que puede pasar es que no se consiga el dinero para pagar el bar y los compromisos económicos que ya se adquirieron, y en ese caso lo haría digital: Anunciar los ganadores por Twitter, como en la antigüedad. Old school.
Amanecerá y veremos.
Nos leemos en una o dos semanas (ahora estoy escribiendo más seguido), o todos los días en LinkedIn, Twitter, Instagram y Facebook, o en mi blog en El Tiempo.
¡Gracias por leer y comentar! Se les quiere.
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